El término evolución tiene su etimología en el latín evolutio, evolutionis, haciendo referencia a la acción de ir desarrollando algo que tuviera algún volumen. De ahí que la evolución se considere nuestro desarrollo en el tiempo, ya sea como individuo o como especie.
Uno de sus significados más utilizados es el de cambio o transformación gradual de algo, como un estado, una circunstancia, una situación, unas ideas, etc. Pero también puede hacer referencia al movimiento, como el de un bailarín: Movimiento de una persona, animal o cosa que se desplaza de un lugar a otro, especialmente cuando se hace de manera coordinada o describiendo curvas.
La evolución afecta a todo lo que nos rodea, es algo general que afecta a los animales y a las plantas, pero también a las rocas, los planetas, las estrellas, y todo cuanto existe en la naturaleza. De ahí que podamos hablar de evolución biológica, pero también de evolución geológica e incluso una evolución astronómica. Todo a nuestro alrededor evoluciona en mayor o menor medida y de una forma u otra.
Incluso nosotros como individuos estamos en constante evolución, nuestras vivencias y nuestra forma de vivir nos hace ir evolucionando, tomando una dirección u otra. En definitiva la evolución somos nosotros viviendo en el tiempo.
Equipo de redacción Galeradas
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