Los cuentos cruzan la frontera al país de los adultos

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La gran pantalla ha sido testigo en los últimos años de versiones de cuentos no tan infantiles. Aunque no son reproducciones fieles de las historias primitivas , que si se las contamos a los niños en versión moderna, podrían ser incluso de terror, logran captar al público igual que los cuentos a los niños. Prueba de ello son apuestas como Blacanieves y la leyenda del cazador, Caperucita roja o La bella durmiente. Si hemos visto las películas notamos pequeños grandes cambios, que transforma la historia inicial para hacerla apetecible y nos da otro punto de vista del cuento «bonito e inocente» que conocemos. La historia se carga de misterio con una música de fondo que en ocasiones nos pone los pelos de punta.

Una gran sorpresa en esta nueva «moda» fue en 2005 Alicia en el país de las maravillas, dirigida por Tim Burton, que logró captar ese humor sin sentido del cuento infantil  de una forma peculiar a los adultos. Su éxito fue tal que nos han regalado una segunda parte.

En general, es una forma de refrescar esos clásicos que permanecen inmutables con el paso de los años, generación tras generación. Una de las últimas novedades es El libro de la selva, que aunque está hecha de forma digital tiene un realismo brillante, que impresiona con sus gráficos y deslumbra por sus escenarios. Aunque quizás para alejarla más del cuento yo me habría ceñido a personajes reales, pero creo que rodar con animales no es una opción hoy en día.

La verdad es que a muchos pueden no gustarle estas versiones, porque se alejan del cuento o porque es una mezcla extraña de ficción, pero la realidad es que son auténticas obras de ingenio, que convierten unas pocas páginas en una historia completa a la que no se escapa detalle y que aguarda al espectador con sorpresas como: ¿quién es el lobo feroz? Quien menos piensas…

Yo estoy deseando ver que hacen con cuentos como El patito feo o El soldadito de plomo, porque tenemos que reconocer que es una nueva forma de vida para los cuentos clásicos de nuestra infancia, que cruzan la frontera al mundo adulto con nosotros.

Ana B. Villamor, Revista Galeradas

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