Tengo un duende que me explota

Revista Literaria Galeradas. Duende

Revista Literaria Galeradas. DuendePor Antonella Corallo

Nadie pensó en nosotros cuando pronunciaron esa frase, mucho menos en nuestro insomnio. Desde que nací nos enseñaron el extraño ritual para dormir, ¡no es cualquier cosa! Es una conexión especial, mística y desinteresada con el «Duende diminuto».

 El Duende diminuto piensa en nosotros se compadeció de nuestro insomnio, por contrario a los rumores que se inventan, él si piensa en el bienestar colectivo.

 Ritual para dormir: consiste en la confección de esas cosas cuadradas y profundas que parecen eternas, igualmente lo prefiero, al lado de mirar un punto fijo y no hacer nada…

 No las usaría ni soñando y no es porque no pueda tener sueños, sino porque son inútiles.

 En fin, son las 2 AM y todavía me faltan los bolsillos, la calidad no tiene importancia mientras evite la presencia de agujeros. Un día de estos me voy a cansar y voy a dejarlas como coladores, a ver qué pasa…

 El Duende diminuto es muy considerado, porque si quisiera podría matarnos, sobrevaluar los precios y llegar al tope de la inflación; pero todavía no lo hizo, no es tan perverso.

 Ahora, a las 4 AM dí por finalizada la ceremonia del «diseño básico» y comienzo con un diseño mucho más complejo y dinámico. Éste, en cambio, tiene mangas. Supongo que vamos mejorando, la evolución y sobre todo la cantidad es lo primordial.

 Cuanto más hacemos, más vamos a descansar, la realidad es que no sé cuándo demonios me duermo, pero bueno… sólo puedo obedecer y respetar.

 El Duende diminuto nos felicita:

—Veo que su rendimiento es mayor y estoy orgulloso, ya saben que yo no quiero lastimarlos, me conformo con explotarlos —confiesa muy descaradamente mientras nos mira con cara de asco.

 Siempre está vestido de verde, tiene unos zapatos extraños y por supuesto lo caracteriza su pequeño tamaño, ¡es tan fantástico!

 Dicen que uno de nosotros va a presenciar cómo sus pupilas dejan de ser naturales para tomar la forma más requerida y esperada… la del signo pesos, se comenta que tiene un tatuaje así en la espalda. A veces nos da ganas de romperle el trajecito miserable y comprobarlo, pero nos contenemos. No nos conviene, nos alejamos.

 Según mis cálculos, de lo que va de insomnio fabriqué mil novecientas, ¡y es un logro! Debería encontrarme más emocionado, pero la verdad es que no puedo dejar de pensar qué pasaría si no existiera el duende; todos lo alaban, lo idolatran, porque dentro de lo pésimo, ruin y malo, es lo menos malo…

 Entonces… ¡zac! Le damos nuestro inconsciente sin dudarlo, así como si la posibilidad del sueño pudiera ser un regalo.

 Quiero abandonar el ritual, acabo de descubrir que el café que nos dan es fatal. Esta noche cuando el hombrecito verde lo sirvió yo no tomé, y sentí algo extraño… Algo llamado cansancio, los ojos tuvieron una idea loca, ¡jamás vista! ¡Se cerraron! Y ya no recuerdo más, sólo que Morfeo vino y empezamos a jugar al ajedrez, estuvo bueno, no sé quién será, bastante simpático. ¡Quizás eso sea el descanso!

 El duende diminuto me descubrió, se enfureció y regresé al ritual. Tenía dos opciones; fabricarlas o convertirme en una de esas… ¡estúpidas carteras! Seguramente vayas feliz a comprarlas, pero yo las diseño con total frivolidad. ¡Humanos miserables!

 El duende me azotó, así como lo escuchan. Mientras tanto mezclo la esclavitud y la abolición con la era de piedra, de repente aparezco en una cueva, pasa que con ese dicho nos dejaron traumados…

 Es mejor titularlo como pesadillas antes que aceptarlo: hacer carteras de cuero es nuestro trabajo (encima no nos pagan).

 Sabemos que llegará el día final, cuando todos los cocodrilos fallezcamos, nos despistemos un segundo y nos asesine el maldito consumismo, faltan pocos años… 

Milrosass

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