El término lluvia tiene etimología latina, ya que viene del del latín pluvĭa. Se refiere a un fenómeno atmosférico que se inicia con la condensación del vapor de agua contenido por las nubes.
En realidad todos sabemos lo que es, pero rara vez nos paramos a pensar en el proceso de formación de la misma, un proceso realmente asombroso. Ese fenómeno influye en nuestra vida diaria, ya que afecta a nuestra rutina y a nuestro estado de ánimo. La lluvia es necesaria porque limpia el agua del planeta y en consecuencia ayuda a mantener el ciclo de la vida.
La lluvia es perfecta para escribir unas líneas, para que los escritores se recluyan tras su mesa y den rienda suelta a su tinta. Inspira muchas obras y tiene presencia en gran parte de ellas, porque hay escenas bailando bajo la lluvia, caminando con un paraguas o saliendo a correr con necesidad y urgencia.
La lluvia nos atrapa, nos envuelve y nos arropa. pero también puede ser nuestra peor pesadilla cuando llueve demasiado, y provoca que los ríos se desborden, que las calles se inunden y se lleva vidas o las cambia para siempre.
Tiene gran poder encerrado en sus seis letras. La podemos acompañar de adjetivos para especificar su forma, cantidad o densidad… Hablamos de lluvia intensa, lluvia dispersa, lluvia débil, lluvia ácida, lluvia torrencial…Una infinidad de adjetivos que inclinarán la balanza hacia el lado bueno o malo de la lluvia.
Equipo de redacción Galeradas
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