En apariencia, no hay nada más adecuado para los niños que una película de dibujos, más si viene amparada por el sello Disney. ¿Seguro? No estaríamos del todo seguros si conociéramos la verdadera historia que hay detrás de Alicia en el país de las maravillas, estrenada en 1951 y basada en la novela homónima de Lewis Carroll. Es considerada una de las mejores novelas del género del Sinsentido, influenciando su narrativa y estructura a la literatura fantástica.
Carroll, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, fue un conocido matemático y diácono del Reino Unido, pero aquí nos interesan más sus facetas como fotógrafo y escritor a principios del siglo XX. El nuevo invento le trajo problemas con la moral victoriana de la época, ya que su concepto de belleza iba ligado a la inocencia edénica donde el cuerpo y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimiento de culpa. La modelo que más se repite en las fotografías que conservan es Alexandra Kitchin, quien aparece unas 50 veces desde que tiene 4 años hasta los 16. Cuando quiso fotografiarla en bañador, su familia se interpuso, y aunque se supone que devolvía las imágenes a las familias de las chicas, años después se encontraron seis desnudos desconocidos. Esta situación le dio la fama de pedófilo. A ella se le sumó años después la relación que tenía con la inspiración real de la protagonista de su mayor obra literaria, Alicia en el país de las maravillas.
Hay numerosas voces que se alzan a decir que Carroll estaba obsesionado con Alice Linddell, hija del decano de Christ Church College donde trabajaba como profesor. Esta teoría viene de las numerosas imágenes que hay de las hermanas realizadas por el profesor, llamando la atención la de Alice disfrazada de mendiga con los hombros al aire. Es conocida la historia del paseo por la ribera del Támesis del escritor con las tres hermanas, donde la mediana le pide que le cuente una historia, la cual fue improvisada. Tiempo después decidió escribirla e ilustrarla y regalársela a Alice. Su relación con la familia Linddell se rompe cuando pide a Alice en matrimonio, con el correspondiente rechazo de los padres y las hermanas.
Lo que queda más allá de uno de los bestseller de la época es una de las leyendas más comentadas, bien por la ruptura con la tradición victoriana, bien porque se llegó a considerar a Carroll como la persona detrás de Jack, el Destripador. Historia interpretada de mil maneras y con diferente cariz cada vez que se vuelve a leer, como diría Johnny Depp, actor de una de las últimas versiones cinematográficas de la obra; aunque quizá la más conocida y recordada sea la versión de Disney.
Rosalía de Santos, producción editorial, para la Revista Galeradas
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