—Hola Magda, queremos conocerte mejor, pero en la biografía de la solapa de tu libro Poemas para niños y dragones no cuentas mucho… Háblanos un poco de ti y tu inicio en este mundo de letras.
—El principio de todo está en casa, claro. Mi madre es una gran lectora y además, en voz alta, lee maravillosamente. Eso ayuda mucho a cualquier niño, para iniciarse en la lectura.
Por otro lado me formé en el desaparecido Centro de Preparación de Actores, en el que desde el primer momento salíamos de gira trabajando con actores profesionales mientras estudiábamos. La base era el Teatro Clásico: Aprendíamos a interiorizar la rima y el ritmo, de modo que cualquiera pudiera entender perfectamente lo que pasaba en escena sin que le incomodase oírnos hablar en verso.
En la Complutense estudié Filología Hispánica unos años (alguno volveré para terminarlo). He caído en la cuenta de que las mayores peloteras de mi vida han sido por un tiempo verbal, por un matiz semántico, por intentar plasmar un concepto sutil…me encanta nuestro idioma.
—¿Qué te lleva a escribir este poemario para niños? ¿Qué se siente al escribir para los más pequeños?
—Creo que lo más natural es escribir poesía para niños. Les atrapa con su música y puedes expresar de una forma muy eficiente algo que van a entender sin dificultad. Con la poesía se conecta bien con los niños, se estimula su inteligencia y se les invita a jugar con las palabras.
—Las ilustraciones del libro destacan por su colorido y su relación con cada uno de los poemas. ¿Son tuyos? ¿Cuándo/cómo descubres que eres una artista?
—Los dibujos son míos pero con el color me ha ayudado mi amiga Elena Fernandez, Lucotas. Mis dibujos refuerzan lo que escribo y son inseparables del texto.
Lo difícil para mí no ha sido descubrir que era una artista, lo difícil era darme permiso a serlo porque siempre he tenido cerca gente con mucho talento y me he sentido intimidada. Por eso me ha llenado de alegría cuando una niña o un niño, después de leer mi libro, ha venido a recitarme su poema… ¡el libro inspira a mis lectores!
—Además de Poemas para niños y dragones, ¿has publicado otro libro infantil? ¿Y has escrito algo para adultos?
—Esta es mi primera obra infantil publicada. Mi intención es que no sea la última.
Para adultos tengo un libro de cuentos: Un amor para toda la vida. Está planteado para ser leído en voz alta para que la gente comparta sus experiencias, que haga de rompehielos.
—¿Tienes algún nuevo proyecto entre manos?
—Voy trabajando, sin prisa, en otro poemario infantil. Es increíble como los poemas se asoman a la cabeza y te obligan a parar lo que estés haciendo. Se ponen a molestar hasta que les das la forma correcta.
—De todos los poemas para niños y dragones, ¿cuál es tu favorito?, ¿por qué?
—Me gustan todos, son mis hijitos. Quizás el que representa el espíritu del libro es el del niño que se levanta entusiasmado por la mañana y dice ¡me quiero! Mi intención es reforzar la autoestima, que aunque los niños no tengan mucha altura son personas completas, dignas de respeto.
—¿Tienes alguna anécdota que contar sobre la creación/edición del libro?
—Pues mi amigo Carlos Salem tiró de mi libreto, que llevaba años dándome pellizcos por debajo de la mesa, abandonado. Finalmente cayó en el terreno perfecto con Alejandra Toloza como responsable de la colección Libros que no muerden. Ha sido una felicidad ver cómo ha nacido y el cariño que otros le han puesto al proyecto.
—¿Qué le dirías a los niños y a sus padres para que leyeran tus poemas?
—A los niños que empiezan a leer solos que se lee muy bien, se entiende todo y que en seguida podrán decir: ¡me he leído otro libro entero!
A los padres, cuando lean el libro, que pongan a los pequeños sobre su regazo, que los abracen y les huelan la cabeza, aprovechando el momento. Que los niños huelen muy bien.
—¿Y a los jóvenes?
—Que la poesía es una buena manera de encontrar ese espacio que está entre la inteligencia y la emoción: el imparable mundo creativo.
—Gracias por prestarnos un poco de tu tiempo y mostrarnos más de ti y de tu obra. Te deseamos mucho éxito con tu obra.
Muchas gracias a vosotros.
Ana B. Villamor para la Revista Galeradas
Dejar una contestacion