Entrevista a Juan J. Grobas, autor de «El abad»

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Entrevistamos al escritor Juan J. Grobas que acaba de publicar con Ediciones Áltera su novela «El abad»

Acabas de lanzar tu novela El abad, ¿cómo te sientes?

Por un lado, me siento un privilegiado porque sé lo difícil que es publicar una novela, pero también me genera una cierta incertidumbre. Desde el mismo instante en que supe que vería la luz me ha entrado ese gusanillo de querer que quien la lea se sienta atraído por la historia que cuento. Ahora mismo soy un batiburrillo de emociones.

¿Cómo la presentarías ante los lectores?

He intentado que sea una historia que atrape al lector, con un lenguaje sencillo y una trama ágil, para vivirla con intensidad.

La vida a finales del siglo XVII no era fácil, pero si además eres monje y lo haces dentro de una Abadía bajo normas estrictas y la dirección de un Abad maquiavélico dispuesto a todo para purificar tú alma; la propia subsistencia se vuelve muy compleja.

“El Abad” es una novela que te convierte en un observador impotente ante una trama que no sabes hacia dónde va a derivar.

La portada hace que nuestra imaginación vuele hacia libros como El nombre de la Rosa de Umberto Eco, ¿tienen alguna similitud?

Uff, hablar de Umberto Eco es hablar de palabras mayores y si lo hacemos de “El nombre de la rosa”, aún más.

Es posible que la ambientación y lo imprevisible del desenlace pueda recordar a esa magnífica novela, pero no así el argumento. “El Abad” nos sitúa en un escenario de sumisión a la figura de un hombre cruel, con varias historias entrelazadas, pero con un nexo común, el abuso de poder.

Un libro que promete mucho suspense. ¿Qué otros ingredientes encontraremos en El abad?

Yo diría que la vida en sí misma, un poco de todo. El amor, el deseo, el poder, la pasión, la humillación, el miedo o la ambición son ejes fundamentales de la novela.

Creo que la mayoría de personajes son fácilmente identificables. Sus personalidades y sus formas de actuar podríamos encontrarlas, sin dificultad, en el entorno en el que nos movemos, en cualquier multinacional o en el bar de la esquina.

Da la sensación de ser un auténtico pageturner, ¿es un libro para leer despacio o para devorar?

Es una novela para devorar. Me encantan las novelas que no puedes parar de leer, que buscas cualquier ocasión para continuar.

He intentado que en “El Abad” cada capítulo induzca al lector a seguir, a querer más. Espero haber acertado y si alguno siente la necesidad de conocer el desenlace y hojear el último capítulo, objetivo conseguido, aunque no lo recomendaría.

¿Qué opinas del panorama literario español?

¿Cuántas grandes canciones han quedado sin interpretar? ¿Cuántos poemas sin recitar? ¿Cuántas obras de arte sin exponer? ¿Y cuántas magníficas novelas ocultas en un cajón? Muchas, muchísimas.

Vivimos en un mundo globalizado que incomprensiblemente se ha hecho más exclusivo para el arte en general. Es la ley de la Oferta y la Demanda, o eres un autor reconocido, o un personaje público; o simplemente no lo eres. La pescadilla que se muerde la cola. Por eso tienen valor añadido las editoriales como Áltera, y su editor Luis Folgado, que arriesgan apostando por dar oportunidades a autores como yo, desconocidos para el gran público.

¿Cómo fomentarías la lectura entre los jóvenes?

Sinceramente creo que no se trata de fomentar la lectura entre la gente joven sino de una cuestión que tiene que tener una base sólida. La lectura hay que potenciarla desde la niñez. Nuestro Sistema Educativo no la contempla como una devoción sino como una obligación. No conozco ningún colegio en el que la lectura activa tenga un papel primordial desde los primeros años del niño, un espacio que genere ilusión, donde todos participen y consiga abrir la mente de los pequeños. Aprender a leer es una cosa y generar pasión por leer es otra. Los niños leen por obligación y eso no mejora el resultado.

¿Crees que El abad podría tener su adaptación en la gran pantalla?

Ni me lo he planteado. Creo que eso es muy precipitado. No soy Ken Follet, ni Umberto Eco, ni Pérez Reverte… Para mí lo principal, en este momento, es que la gente lea la novela y sobre todo que la disfrute.

¿Un deseo?

Me sentiría satisfecho al saber que alguien está deseando volver a abrir el libro y leer el siguiente capítulo. Eso y que mi “Depor” vuelva a primera.

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