El humor en la literatura I

Revista Literaria Galeradas. Literatura y humor

Revista Literaria Galeradas. Literatura y humor(antecedentes en la lengua inglesa)

Por Adolfo Marchena

Según Hipócrates (siglo V a. C.), en el cuerpo humano se mezclaban cuatro humores relacionados con los cuatro elementos o sustancias que forman el universo. Durante la Edad Media el término humor fue utilizado según la tradición hipocrática. En 1598 y 1599, el dramaturgo inglés Ben Jonson, con sus comedias Every Man in His Humour (Cada uno según su humor) y Every Man ut of his Humour (Cada uno más allá de su humor), consigue asociar el vocablo con lo excéntrico y lo irrisorio. A partir de entonces el término humor ha ampliado extraordinariamente su significación, aunque es en el transcurso del siglo XVIII cuando se perfila la actual manera que tenemos de entender el humor. Existen diversos tipos, siendo los diez más comunes: el absurdo, el blanco, el negro, el crudo, el seco, el grotesco, el satírico, el sarcástico, el verde y el humor hacker.

El desarrollo del humor a lo largo del tiempo debe relacionarse especialmente con la literatura inglesa; con escritores como J. Swift, H. Fielding, L. Sterne, Charles Dickens o L. Carroll. En sus orígenes cabe destacar autores como: Chaucer, nacido entre 1340 y 1343, probablemente en Londres y fallecido en 1400 por causas desconocidas. Entre sus obras destacan Los cuentos de Canterbury, El libro de la duquesa o La Casa de la Fama. Su contribución es muy importante en la escritura de su país, ya que sus trabajos son pioneros en utilizar literariamente la lengua inglesa; Shakespeare, dramaturgo, poeta y actor, es considerado el escritor más importante en lengua inglesa. En su comedia Twelfth Night (Noche de Reyes) –para Harold Bloom su mejor comedia- un aspecto importante es el efecto cómico creado por Viola, la personaje principal, que se hace pasar por un hombre, Cesario. En palabras de Raúl Bravo Aduna: Cada albur y cada chiste, acompañados por el vastísimo espectro de recursos humorísticos empleados por Shakespeare, cuestionan y alteran la realidad –que está en constante cambio- contenida por Twelfth Nigh; El Tristram Shandy de Sterne. se publicó por entregas de 1759 a 1767 y se posicionó como una de las mejores novelas cómicas en lengua inglesa. Narra en primera persona la historia vital de Tristram Shandy, pero no de una forma lineal, de ahí su carácter innovador. El autor se vale del humor y la ironía y utiliza digresiones y anécdotas con las que ir tejiendo una trama poblada de numerosos personajes. La obra de Sterne dejó su huella en la narrativa de Joyce y, posteriormente, en la narrativa latinoamericana de Cortázar o Borges.

En el siglo XX brilla Gilbert K. Chesterton y Max Beerbohm, autor de El farsante feliz. H. H. Munro, conocido como Saki, abre con sus cuentos macabros una línea de humor negro que influirá a autores posteriores como Sharpe o Dahl. En el ámbito de la literatura infantil, hay dos autoras que aportaron un toque malévolo: Richmal Crompton con su Guillermo Brown y L. P. Travers con su excéntrica Mary Poppins. En cualquier caso, se considera a P. G. Wodehouse como el padre del humor inglés. Wodehouse (1881-1975) nació en la ciudad de Guildford, Surrey. Después de trabajar en el Banco de Hong Kong y Shangai londinense, comenzó a colaborar con el diario London Globe (o simplemente The Globe), escribiendo una columna titulada By The Way. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, P. G. Wodehouse, que estaba viviendo en Le Touquet (Francia), fue detenido por los nazis y confinado durante un tiempo en Berlín hasta su liberación en 1941. Escribió numerosas obras de teatro y comedias musicales, y más de noventa novelas. En el año 1906 creó el personaje de Stanley Featherstonehaugh Ukridge en Amor y Gallinas, novela con rasgos de farsa y sátira. Alcanzó la fama literaria con la colección de relatos El inimitable Jeeves (1923). Su personaje más popular es el aristócrata Bertie Wooster y su sabio mayordomo Jeeves, sin olvidar la divertida saga del Castillo Blandings con títulos como Algo Fresco, Mal tiempo, Ola de crímenes en el castillo de Blandings o Luna llena. Entre sus admiradores se encuentran Hilaire Belloc, Evelyn Waugh, George Orwell, W. H. Auden o Aldous Huxley.

Thomas Ridley Sharpe, más conocido como Tom Sharpe (1928-2013), fue profesor en Sudáfrica, de donde fue expulsado por sus posiciones políticas. Su principal influencia en la prosa fue Saki. Antes de consagrarse con Wilt (1976), ya había publicado Reunión tumultuosa, Exhibición impúdica o Zafarrancho en Cambridge. Pero fue la saga de Wilt la que le llevó a ser reconocido mundialmente. Wilt es un infeliz y frustrado profesor que ha de lidiar con el primitivismo de sus alumnos, la volubilidad de su mujer y la estulticia de su entorno social. A Wilt le siguieron otras novelas como: Las tribulaciones de Wilt (1979), Ánimo Wilt (1984) o Wilt no se aclara (2004). Además de esta saga, Tom Sharpe ha escrito novelas como: La gran pesquisa, El bastardo recalcitrante o Lo peor de cada casa. Sobre su obra cumbre Sharpe afirmó que: Wilt me gusta porque es alguien que hace ya algunos años que renunció a la visión romántica de la vida, que ha aprendido que hay que sobrevivir haciendo cosas que a menudo no nos gustan.

Existe sin duda un humor genuinamente británico, cuyas raíces son sobre todo literarias, y que, con el paso del tiempo, han afectado también otras formas de creación como el cine, la televisión o el cómic. Un humor que se mueve entre la fina sátira y la farsa más procaz; características del humor british, como lo absurdo, el humor negro y la excentricidad. A pesar de ser un género denostado, la literatura de humor no deja de aumentar su despensa con títulos como: Lucky Jim, de Kingsley Amis, La saga Flora Poste, de Stella Gibbons, Con lo puesto, de Alan Bennet, El diario de Bridget Jones, de Helen Fieldingn o Noticia bomba, de Evelyn Waugh. Dicen que para entender el humor británico es preciso no tomarse a uno mismo demasiado en serio. No hay espacio para el ego en el humor británico. Las situaciones incómodas o la torpeza, así como los momentos embarazosos son muy comunes como material usado en la narrativa de humor inglesa. Oscar Wilde dijo que: La seriedad es el pecado original del mundo. Frecuentemos, pues, ese lado risible de las cosas. Esa sonrisa no forzada que nos devuelva ciertas emociones y el sosiego, tras el gesto, que requiere el arqueo de nuestros labios.

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