Por Alejandra Toloza
Originalmente llamado Conde Wampyr, Bram Stoker decidió cambiar el nombre del personaje a Conde Drácula tras conocer la historia de Vlad Tepes, conocido como Vlad El empalador, príncipe de Valaquia en el siglo XV. Valaquia, Moldovia y Transilvania se unen y conforman lo que hoy conocemos como Rumania, cuyo mayor atractivo turístico es el castillo de Bran, donde supuestamente vivió Tepes, famoso por la crueldad con la que trataba a sus enemigos, cuya sangre bebía para acompañar la cena. Pero ¿por qué Drácula? El término «Drácula» deriva del rumano «dráculea», que significa «hijo de Drácul», nombre con el que se conocía al padre de Tepes; a su vez, el término rumano «drácul» significa «diablo». La sonoridad y sentido de la palabra encantó a Stoker y su personaje terminó convirtiéndose en un referente de la novela gótica, del terror y de una raza que, a día de hoy, ha movido grandes masas —principalmente adolescentes— gracias a libros y películas como la saga Crepúsculo, Blade, Inframundo y un largo etcétera. Si quieres conocer más acerca del personaje histórico Vlad Tepes, solo debes googlearlo. Si bien mucha de la información que encontrarás está basada en estipulaciones, el aura tétrico encandila.
La primera aparición del conde Drácula en la gran pantalla fue representada por Max Schreck en Nosferatu: Una sinfonía del horror, película dirigida por el alemán F. W. Murnau en el año 1922 y que, hoy en día, es considerada una película de culto. Si no la has visto, te recomiendo encarecidamente que la veas.
Tras Nosferatu la lista no deja de crecer; los vampiros, al igual que los zombis, se convirtieron en un emblema del terror debido a la oscura leyenda que circunda a esta raza de seres diabólicos.
Ahora, a lo que vinimos: Drácula, de Bram Stoker, es una novela en la que cada personaje cuenta su versión de los hechos a través de cartas que se envían unos a otros, por ello es una novela epistolar. Todo comienza cuando Jonathan Harker, agente inmobiliario, es enviado a Transilvania a evaluar una propiedad de un tal conde Drácula, quien lo recibe en su inmenso y lúgubre castillo y quien lo mantendrá cautivo durante un tiempo. Cada mañana, Harker despierta con dos marcas como picaduras en su cuello. En principio, piensa que se trata de picaduras de mosquitos, no obstante, tras investigar el castillo, descubrir las habitaciones secretas y enredarse en el hálito tenebroso de su anfitrión, se da cuenta con pavor de que Drácula, en realidad, es un hombre muerto que se mantiene vivo gracias a la sangre de sus víctimas. Mina, prometida de Harker, es la más afectada. Es una dulce e inocente muchacha que, tras ser identificada por el conde a través de una fotografía que encuentra hurgando entre las cosas de Harker, sufre desvaríos y termina yaciendo en cama, débil, al borde de la muerte y la locura sin saber nadie el porqué de su situación. La trama se extiende y participan diversos personajes; leer cada una de las cartas resulta fascinante puesto que, a medida que vas leyendo, el hilo conductor se tensa y ya queremos llegar al final para atrapar al conde. ¿Lo conseguiremos? Además, entre las cartas, encontraremos notas de prensa y otros documentos aportados por los mismos personajes y que acentúan el tétrico enigma. Otros personajes relevantes son el doctor van Helsing y Renfield, un hombre encerrado en un manicomio y que camina entre la locura y la cordura; ha sido descubierto matando animales y bebiendo su sangre, así descubriremos que el terror de Drácula se expande más allá de su simple imagen: sus poderes le permiten poseer y manipular a sus víctimas gracias a sus poderes:
- Logra obediencia de seres repulsivos, como las ratas, moscas, arañas y los murciélagos, pero también de los lobos, los dingos y los zorros.
- Telepatía, control mental.
- Una fuerza sobrehumana.
- Convertirse en animal o en niebla.
- Perder facultades durante el día. El vampiro huye de la luz diurna, que lo destruye
- Dormir sobre tierra, traída de su lugar natal, en el interior de un ataúd.
- Beber sangre humana (su único alimento) y convertir en vampiros a quienes aseste su mordedura fatídica y bautice con su propia sangre haciéndoles beberla. Si únicamente son mordidos, no se transforman en vampiros.
- Se le puede mantener a raya con crucifijos, ristras o flores de ajo, la Sagrada Forma consagrada y agua bendita; pero para que muera realmente, se le ha de clavar una estaca en el corazón o se lo ha de decapitar.
- También van Helsing menciona que si, cuando está dentro del ataúd se coloca una rosa sobre la tapa del mismo no podrá salir; aunque Harker y sus colegas no tienen ocasión de hacerlo.
Además, en este clásico de la Literatura se sintetizan magistralmente las pulsiones más profundas del ser humano: la vida y la muerte, la sexualidad y el bien y el mal.
¿Qué más se puede decir de una de las novelas más importantes e influyentes del terror? Es complejo reseñar una obra clásica tan importante como esta, existen miles de reseñas acerca de este libro y todo está ya dicho; Drácula es un ícono literario, cinematográfico y cultural que, sin duda, trasciende en el tiempo y en la humanidad.
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