Con el otoño recién estrenado, esta palabra ha cobrado vital importancia en las últimas semanas. Un diluvio es una lluvia muy copiosa, aunque también se utiliza para designar a las inundaciones precedidas por ese tipo de lluvia.
El término viene del latín diluvium y está presente en los textos escritos antiguos, pero en el que cobra gran importancia es en La Biblia, el famoso diluvio universal con el que Dios castiga a la humanidad en los tiempos de Noé. Lo que ha inspirado muchas novelas de la historia, como la del escritor español Javier Sierra, El ángel perdido.
Coloquialmente se utiliza como sinónimo de abundancia excesiva de algo: diluvio de palabras, de injurias, de razones… Es curioso este uso, ya que representa la abundancia pero lo deja todo desolado cuando llega a nuestras tierras.
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