Bienvenido a bordo, de Ana Caravaca
Editorial: Ediciones Áltera
Nº de páginas: 122
Año de publicación: 2018
Reseña de Galeradas
Bienvenido a bordo nace de la curiosidad de la autora tras leer al autor Foster Wallace y su libro «Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer«. Ana Caravaca pretende ir más alla del trabajo de Wallace, a mostrar a los lectores la parte que no se ve, a los entresijos y engranajes que hay detrás del gran público que acude a estos cruceros y hace que todo funcione. De una manera cercana y sencilla expone sus propias vivencias y pensamientos desde su trabajo como médica de una gran compañía naviera.
«Es en este momento cuando entregas tu identidad en forma de pasaporte, cuando accedes a formar parte del sistema» – Ana Caravaca , ¡Bienvenido a bordo!
El libro comienza desde los pormenores para acceder a trabajar en un crucero. Algo que no es nada fácil y además costoso para el potencial trabajador. Expone los requerimientos y pruebas que hay que superar para entrar a formar parte de la plantilla. A partir de aquí, se dedica a contarnos su experiencia e impresiones en su aventura en uno de estos barcos «suministradores de felicidad» para los pasajeros y no tanto para los encargados de suministrarla, es decir, los trabajadores.
Personas de todos los paises conforman una amalgama de trabajadores de todos los rangos y profesiones imaginables, pues con gran detalle, la autora nos explica todos los servicios y utilidades de los que dispone el barco. De hecho, en un pasaje del libro lo compara con un pequeño pueblo a falta de ayuntamiento. Nos relata como individuos de países pobres son capaces de pasar meses sin ver a su familia y trabajar por un mísero sueldo. Todo para poder enviar dinero a casa. Incluso, algunos de ellos viven de las propinas que reciben.
Caravaca casi sin pretenderlo, hace una «radiografía» de la estructura y jerarquía del barco, tanto de su apartado, las instalaciones médicas, como de otros profesionales como pueden ser amigos, pacientes y/o conocidos en el barco por ella. En esta radiografia, todos comparten la frustración, desesperación y la soledad al vivir en un espacio tan cerrado e incluso pudiendo a llegar a sentir claustrofobia por estar agrupados en pequeñisimos camarotes y las escasas áreas facilitadas para ser usadas por ellos. Lejos de sus familias, con muchas horas de trabajo acumuladas, incluso cuando caen enfermos sin poder restablecerse del todo y poco tiempo de descanso, todo ello hace que la vida de los trabajadores en el barco sea en cierto modo «esclava». Sin embargo, los trabajadores de menor rango, normalmente de paises pobres, están orgullosos de su trabajo y hacen todo lo posible por mantenerlo, pues con todo, ganan más que en sus paises de origen y se sienten casi en deuda.
En resumen, si están interesados en conocer los detalles de lo que no se conoce tras un crucero de lujo, les invito que lean este libro de Ana Caravaca. Les aseguro les sorprenderá el funcionamiento interno de estas compañias. Se hace ameno y aporta datos interesantes por si alguna vez se les paso la idea por la cabeza de trabajar en un barco de este estilo.
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