Con estos dos títulos conocemos a la misma obra de José de Espronceda, a la que encasillamos dentro de la novela histórica española del Romanticismo, en concreto en la segunda época, cargada de la influencia de Walter Scott, en la que se consolida este género. La obra está situada en el ambiente del siglo XIII cuando el joven caballero Sancho Saldaña, enamorado de la bella Leonor, se retira a su castillo de Cuéllar. Allí se enreda con la mora Zoraida, que despechada usa brujería para que Sancho realice ciertos actos sin ninguna piedad.
Justificamos su inclusión en novela histórica porque la forma de narrar es en crónica y en el asunto establece paralelismos con su situación en el momento en el que vivió el autor, refugiado en el castillo donde escribió la obra; tiene tintes claramente autobiográficos. Pero siguiendo el modelo de Walter Scott, los personajes de la narración son imaginarios, mezclados con personajes con documentación histórica en la obra, como Leonor de Íscar. Eso no disuade al autor de dar sus propias opiniones en la obra, que acentúan su tinte autobiográfico.
Observamos estas características históricas por ejemplo al comienzo del capítulo cuatro:
«Pero, en el momento de nuestro historia, las últimas revoluciones habían oscurecido el brillo de su familia, debilitado su influencia y apocado su engrandecimiento, habiéndose declarado el jefe de ella por el partido de Alfonso el Sabio cuando las revueltas que armó su hijo, ambicioso de la corona. […] Las conquistas de los dos reyes de Aragón y de Castilla, don Jaime y Fernando el Santo, habían reducido la potencia sarracena a los últimos rincones de la Península, siguiendo a estos reyes la victoria por todas partes y extendiendo la fe y las armas cristianas con sus nuevos triunfos. […] El orgullo de aquellos hombres, criados en las armas y belicosos por naturaleza, creció de punto desde entonces de tal manera que cada uno pensó igual su autoridad a la de su rey, y aun los hubo que se creyeron con derecho a vengar con las armas los agravios que de él recibieran, e incitaron los pueblos a la rebelión».
Como se observa en este pasaje, se dan detalles de las luchas monárquicas y los distintos bandos medievales como telón de fondo de la historia entre el protagonista y Leonor de Íscar, así como el desarrollo de la historia con la mora Zoraida. Presta atención a los escenarios de la época en la que está ambientada, se ve con elementos como la presencia de la cetrería, el halcón, típico deporte de la Edad Media presente en la escena con Leonor de Íscar.
Hay que tener en cuenta el importante papel de los personajes femeninos en la obra, a través de ellos refleja la mujer espiritualizada o musa mística representada en Leonor; la mujer objeto de amor o musa romántica representada en Zoraida en su primera fase con Sancho y, la última la mujer perniciosa o mujer fatal representada por Zoraida después de su desengaño amoroso con Sancho llegando al uso de la brujería para vengarse y convertirlo en un hombre sin piedad.
Como ya hemos dicho antes, tiene gran influencia en Espronceda la obra de Walter Scott, en concreto la obra de Ivanhoe, ambientada en la Inglaterra medieval del siglo XII cuyo protagonista es un caballero desdichado, comparable a Sancho que es desdichado en su vida, por eso está retirado en el castillo y también en el amor. Ambos son caballeros que llevan su particular cruzada, sobre los hechos que ocurren a su alrededor y les influyes directamente.
Otras obras extranjeras relacionadas con la obra, sobre todo por su marco histórico de la Edad Media son El nombre de la rosa de italiano Umberto Eco, obra muy importante y decisiva para el auge de este género hasta la actualidad donde encontramos autores como Ken Follet con Los pilares de la tierra.
La novela histórica, como vemos, es un género que permite jugar con nuestra realidad histórica y traerla hasta nuestros días a través de numerosos movimientos literarios y las novelas históricas.
Ana B. Villamor, Revista Galeradas.
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