Por Celia Llamas Lozano
¿Quién no ha soñado de pequeño con tener superpoderes, o con viajar a un mundo remoto y desconocido lleno de criaturas mitológicas? Para aquellos que aun habiendo crecido mantenemos parte de estos sueños, la literatura fantástica ofrece un buen refugio en el que ampararnos de la realidad, es de esos géneros que «nos viene al pelo» y nos permite descubrir nuevos paraísos llenos de magia dentro de sus páginas.
Esperamos que una lechuza atraviese velozmente la ventana de nuestro salón y nos salve de nuestra pequeña alacena, para que podamos instruirnos como magos, jugar múltiples partidos de quidditch y librarnos de los molestos muggles que nos describe J.K Rowling.
Poder viajar al mágico mundo de Idhún, y encontrarnos con un misterioso unicornio, que nos otorgará increíbles poderes mágicos para poder derrotar a los oscuros nigromantes, que quieren hacerse con el poder y someter a sus habitantes; como nos cuenta Laura Gallego. Lucharíamos en aras de la justicia por defender el bien y el libre albedrío.
Aunque no toda la literatura fantástica nos ofrece hermosos paramos, increíbles poderes y preciosas criaturas. Existe también una fantasía más oscura…
Como aquella que nos relata Sapkowski mediante las aventuras de Geralt, dispuesto a derrotar a cualquier monstruo, siempre que haya una buena suma de dinero de por medio. Que con su frenética forma de vida, nos introduce una serie de criaturas, a las que dudo quisiésemos conocer.
Sin embargo, estamos a la espera de que aparezca delante de nuestra puerta un anciano de larga barba blanca, bastón en mano, con el que viajar y recorrer la tierra media para destruir el anillo capaz de gobernarlos a todos. Dentro de nosotros, deseamos poder conocer a los altivos elfos, los robustos enanos, los indescifrables montaraces y tomarnos un bien merecido almuerzo con los campechanos hobbits. Aunque nos viésemos obligados a luchar contra los orcos y los jinetes negros, creo que aceptaríamos de buena gana el ticket de entrada al mundo creado por Tolkien para una aventura como Dios manda.
Y es que, en una realidad llena de ordenadores, pantallas, exámenes, exigencias laborales, ¿a quién no le gustaría dejarse llevar a un mundo de misterio y fantasía? Es más fácil de lo que parece, porque esto es lo que nos ofrecen numerosos autores, aquellos que nos muestran poderes y criaturas insólitas, similares a las de la antigua mitología. Y que probablemente, no habríamos sido capaces de imaginar sin el pequeño empujón de sus palabras y las descripciones detalladas de sus páginas.
Totalmente de acuerdo!!