En esta ocasión os presentamos el término vaivén, porque vivimos en una época de ir y venir, de estar aquí y estar allá, de querer y no querer…
En concreto esta es una palabra derivada de la unión de los verbos ir y venir, representa algo que va y viene en continuo movimiento. La RAE define vaivén como el movimiento alternativo de un cuerpo que después de recorrer una línea regresa por la misma en sentido contrario. Pero también se utiliza para referirse a la variedad inestable de las cosas, su inconstancia en su duración o logro.
Es una definición llena de matices que nos permite su uso en muchos contextos, pero que no se queda solo en lo descrito, porque se refiere incluso al encuentro o riesgo que expone a perder lo que se intenta o malograr nuestros deseos. Este matiz es el que más se ajusta a la vida misma, al vaivén continuo en el que están nuestras vidas a causa del destino, azar, suerte o lo que uno quiera pensar.
El mundo está lleno de vaivenes: el vaivén de las olas del mar, el vaivén de las hojas al caer de los árboles, el vaivén del columpio… Y es habitual encontrar referencias al vaivén en miles de líneas de nuestra literatura, porque expresa tanto con tan solo seis letras que es un placer exquisito utilizarla en una descripción.
Aunque su polisemia no acaba ahí, ya que los marineros llaman vaivén a un cabo delgado, blanco o alquitranado de dos o tres cordones, que se usa para forrar otros más gruesos y hacer tejidos. No importa el uso que le demos a esta palabra, porque use el significado que use estamos ante un término rico en significado y que eclipsa los sentidos.
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