Esta semana hemos seleccionado la palabra «carrete» de la que viene la expresión «dar carrete», que significa entretener el empeño de alguien con estudiadas dilaciones. Aunque así a vox populi nos suene como una acción demasiado elaborada, en realidad nos referimos a entretener a alguien sin que pierda interés en la conversación.
Ese significado peculiar está vinculado directamente con el de la misma expresión en el ámbito de la pesca, cuando se va largando el sedal para que el pez que ha mordido el anzuelo no lo rompa y así acabar atrapándolo.
Esta palabra polisémica, abarca diferentes ámbitos, ya que con ella nos referimos a cualquier tipo de bobina que sirve para mantener enrollados hilos, alambres, cordeles, cintas… también es el cilindro en el que se enrolla el sedal de la caña de pescar.
En fotografía es el cilindro en el que se enrolla la película fotográfica y el rollo de películas para hacer fotos. Con las cámaras digitales los carretes quedan relegados al ámbito artístico o específico de algunas profesiones que aún recurren al campo analógico.
Por último, el carrete es ese cilindro de metal o plástico taladrado a poca altura que sujeta uno de los extremos de la cinta de la máquina de escribir. Esa gran olvidada que solo utilizan los más nostálgicos para escribir, sin perderse para siempre entre las teclas suaves de un ordenador.
Hay una expresión vinculada a la literatura «carrete literario», que se utiliza sobre todo en América y es un espacio de encuentros para presentar, intercambiar, comprar… productos literarios y artísticos con la intención de fortalecer la economía cultural.
Revista Galeradas
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