NOVELA PALABRA DE GUERRILLERO, ENTREVISTA A FRANCISCO NUÑEZ ROLDÁN

La editorial Áltera acaba de publicar la obra ganadora del VI premio Hispania de Novela Histórica, otorgado esta vez a la novela PALABRA DE GUERRILLERO, de Francisco Núñez Roldán.  Con tal motivo, desde GALERADAS hacemos algunas preguntas al autor.

P- Enhorabuena por el premio y por la novela.  Un cuadro de la guerra de la Independencia en la esquina suroeste de España. ¿Por qué el tema y el lugar?

R-Gracias.  El tema creo que sigue siendo de interés, y por desgracia no todo lo conocido que se debiera.  Si esto pasa en Estados Unidos habrían hecho tropecientas películas al respecto.  Y el lugar, sencillamente porque conozco esa geografía sureña española, de patearme mucho las sierras de Ubrique, Ronda y Grazalema.

P-Vale lo de la guerra de la Independencia.  Pero ¿por qué poner el acento en la guerrilla?

R- La guerrilla ha sido de los aspectos más encomiados y a la vez tratados con mayor desconocimiento en el conflicto.  Por ejemplo, casi nunca se habla de la colaboración, difícil pero real, de los guerrilleros con el ejército regular español.  El talante anónimo y humano de los guerrilleros me ha parecido siempre muy significativo en esa guerra.  Fíjate que la palabra está desde entonces en español en todos los idiomas.  Fue una lucha que llamó la atención en toda Europa en cuanto se conoció.  En PALABRA DE GUERRILLERO he querido pintar los aspectos humanos, valerosos, cobardes o crueles  de esas partidas.

P- En realidad hace unos años publicaste un estudio histórico sobre esa Guerra. Algo te habrá servido ¿no?

R-Mucho.  Me recorrí a propósito bastantes rincones significativos de España y Portugal.  Conocí todos los hechos que pude y la geografía de aquellos hechos. Eso ayuda luego al escribir, en mi opinión.

P-¿Ha habido algunos acontecimientos que te hayan atraído más y hayan merecido ser novelados?

R-Sin duda.  La batalla de Chiclana, por ejemplo, la toma y pérdida de Ronda por la guerrilla, y el fracasado sitio de Tarifa por los franceses, una gesta muy poco conocida pero muy heroica donde colaboraron muy bien militares ingleses, españoles y guerrilleros, paradójicamente con la ayuda del cielo, como podrá conocer el lector.

P-¿Y crees que aparte de la historia real es imprescindible conocer bien el paisaje físico para poder escribir bien sobre ello? No es el caso de todos los autores.

R-Cierto, pero yo me siento mucho más a gusto metiendo a la guerrilla por caminos y geografías que  he pisado y tengo grabadas en la memoria.  Las viejas calzadas junto a Ubrique, la mina musulmana de Ronda, las murallas de Tarifa, la escabrosa dehesa  sureña…  Me resulta más relajado controlando el paisaje y por supuesto las líneas históricas clave.  Con todo ello quedan, creo yo, mejor incrustados luego los personajes, el lado humano, que son el verdadero hervor novelesco del relato.

P-¿Qué te has inventado y que, digamos, has sencillamente copiado de los libros de historia?

R-Bueno, bueno…, copiar es quizá una palabra excesiva en este caso.  En España es sabido que se copian tesis doctorales en las alturas políticas, por ejemplo, pero luego no las lee nadie, y además se acaba descubriendo el fraude.  En una novela histórica, que sí suele leerse, divierte bastante más y no ilustra menos, no es aconsejable copiar literalmente textos históricos.  Eso sería, incluso copiando bien, otro ensayo histórico.  Una novela es otra cosa.  Sobre la indudable arquitectura de lo que ocurrió tienes que levantar lo que seguramente pudo haber ocurrido, las palabras que debieron decirse de manera parecida, y ya encima de todo, como antes decía, la aventura humana que es lo más, digamos irreal, lo más producto de la imaginación del escritor.

P- ¿Y piensas que en PALABRA DE GUERRILLERO, por ejemplo, el lector podrá disociar esos tres niveles de realidad, posibilidad y ficción que refieres?

R-Eso es exactamente lo que no debe pasar en una buena novela histórica. No han de notarse las costuras entre lo real, lo posible y lo descaradamente inventado.  La mezcla ha de ser de lo más homogéneo.  El lector sabe, por otra parte, que está leyendo una novela.  Se ha entregado al autor para que lo entretenga, para que le haga pasar un buen rato.  Si encima se ilustra, tanto mejor, pero un libro, como bien decía Stevenson, debe tener sobre todo encanto, sin lo cual todas las otras cualidades sobran.

P- Bueno, quizá Stevenson, como narrador, se estaba refiriendo precisamente a la novela.

R-No puede ser más exacta la apreciación.

P-Por cierto, un libro condensado pero breve.

R-Sí, no quiero aburrir ni abrumar al lector.  Que termine la novela con ganas de más, en vez de con alivio de llegar al final.

P-Pues nada más. Gracias y mucha suerte con ese fresco de nuestra Guerra de la Independencia llamada PALABRA DE GURRILLERO, y hasta tu próximo libro.

R-Muchas gracias, y hasta que Zeus, las musas y las horas quieran.

Ana B. Villamor, redacción Galeradas

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