Influencia de la obra de Tolkien en la fantasía moderna

Revista Literaria Galeradas. Tolkien

Revista Literaria Galeradas. TolkienPor Martin Lee

Cabe señalar que J. R. R Tolkien empezó a conformar el particular universo fantástico de “Arda” a partir de las lenguas. El escritor era un reputado filólogo, ocupando la cátedra Rawlinson y Bosworth en la Universidad de Oxford, enseñando anglosajón y de 1945 a 1959, fue profesor de Lengua y literatura en Merton College, en la ciudad de Oxford. Fue el creador de la lengua sindarin y el quenya, ambos incluidos en sus obras como idiomas élficos. Pero es que el profesor a lo largo de su vida también aprendió otros muchos idiomas tales como el latín, francés, alemán, inglés antiguo, finlandés, griego, italiano, noruego antiguo y español, entre otros muchos idiomas, que amó durante su vida.

Consideraba que en Inglaterra no había una mitología consolidada como la escandinava o la griega, decidió empezar a crearla basándose en viejas leyendas. Y buena parte de la misma la plasmó en su obra póstuma “El Silmarilion”, obra que nunca publicaría y que no vería la luz hasta después de su muerte cuando la editó su hijo Christopher Tolkien, su albacea literario.

Lo que jamás llegaría a imaginar J.R.R Tolkien es que estaba sentando las bases de la fantasía épica que se escribiría décadas después. La epicidad de sus novelas, la construcción de personajes, sus valores y la creación de un mundo desde su semilla, calaría no solo entre los millones de lectores que se sumergieron en un mundo de Arda y la tierra media, sino en autores que después escribirían sus obras empapados de la magia de las letras del profesor Tolkien como referencia, siguiendo los pasos del entrañable Bilbo Bolsón.

Innumerables han sido las obras que han bebido de las fuentes de la Tierra Media y la miríada de autores son los que han bebido de las mismas fuentes, muchas de ellas formando parte de un género fantástico de escasa relevancia, pero otras que sí han destacado tanto por su temática como por la calidad de sus obras.

Como muestra, dos ejemplos. En su famosa saga de La Rueda del tiempo, Robert Jordan llegó incluso a variar el modo de afrontar la escritura de sus novelas para adaptarla al estilo Tolkien, lo que le facilitó el trabajo y le llevó al éxito.

Aún más actual, el propio George R. R. Martin reconoce la influencia de Tolkien en su saga Canción de Hielo y Fuego. Y aunque lo moderniza, distanciando a sus personajes de la épica y del estilo de lenguaje literario, no apartó su genial mirada de la obra del profesor Tolkien.

En una entrevista el escritor y guionista de Bayonne (Nueva Jersey) Estados unidos, 1948 declaró:

“Cuando comencé a escribir Juego de Tronos, una de las cosas que hice fue fijarme en El Señor de los Anillos y precisar lo que hizo Tolkien, intenté aprender de ello. Una gran lección fue su manejo de la magia. Ya sabes, creo que mucha fantasía épica tiene demasiada magia. Pero la Tierra Media está repleta de una sensación de magia, que siempre ha sido periférica, y se usa para plantear el escenario”.

George R.R Martin.

Lo que si comparten y Martin lo reconoció enseguida al leer por primera vez El Señor de los Anillos es una atracción melancólica por los reinos que se desvanecen.

La idea triste de la decadencia, con un punto personal: su familia había ido a menos y está presente en esta obra, como la de la redención, en toda la obra de Martin, desde su maravillosa primera gran novela Muerte de la luz, uno de los libros más hermosos y desesperanzados que jamás se hayan escrito. (Fuente “El País”)

 

La obra del profesor Tolkien y la gestión de la magia.

Os pongo un claro ejemplo. Olórin, Mithrandir, conocido como el mago Gandalf, un “Istari”, es un mago, un espíritu Maiar, pero cuando atacan los orcos, saca una espada y lucha contra ellos. No les hace desaparecer mágicamente, como ocurre en otras historias.

Para mí, como seguidor de la obra del profesor y reconocidamente amante de su obra, he intentado plasmar toda esa magia periférica que nos mostró la Tierra media en cada lugar de las tierras de Luominem. Si os paráis a pensar por un momento, por ejemplo, en El señor de los anillos, muchos de sus personajes no son mágicos, ni tienen poder o cualidad alguno, pero sin embargo se ven envueltos en una densa magia que les rodea.

La sutil magia que se nos muestra en la Tierra media y en toda la obra del profesor, es tal y como yo la concibo desde sus inicios, si bien existen otros tipos de interpretación de la magia, como por ejemplo en la saga de Harry Potter, Tolkien nos muestra una más simple y a la vez reúne todos los requisitos que aúnan los diferentes tipos.

Os pongo un ejemplo. Si bien en la saga de J.K Rowling, sus personajes acuden a hechizos, portando una varita y pronunciándolos en una lengua extrañamente parecida a un latín modernizado. Tolkien o los que bebemos de esa magia sutil acudiríamos a algo tan cotidiano como “la pesadilla de un niño”.

Imagínate por un momento que tu hijo te llama desesperadamente tras una pesadilla. Te acuestas a su lado, lo acaricias y le cantas una canción suavemente. El pequeño se tranquiliza, sonríe y vuelve a sumirse un sueño aún más reparador. ¡Esto es la magia!

Todos los factores se aúnan. El padre y su presencia sería la presencia del mago en una situación de peligro, la voz, esa voz tranquilizadora, ¿Quién no recuerda que la mayor arma de Saruman “El blanco” era su voz? Pues aquí tenemos el catalizador, llámalo varita si lo prefieres. La canción, esa suave canción, cantada por la voz grave y tranquilizadora de un padre. Pues aquí tenemos “el hechizo”, el ensalmo o el sortilegio. Y ahora es cuando tu hijo se duerme. ¿Será que las tinieblas han quedado en las tierras de Mordor?

¿Sonríe porque la luz de un báculo ilumina ahora sus sueños? He aquí el resultado victorioso de la lucha de la luz contra las tinieblas.

Este es el tipo de magia que nos presenta el profesor Tolkien a lo largo de su obra, magia de la que todos en mayor o menor medida hemos bebido, cuidado y fascinado por ella. Que decir que es la magia que he intentado plasmar en cada uno de mis escritos, influido por la obra de Tolkien y cómo no, fascinado por tan bella y mágica tierra.

¡Elen sila lumen omentielvo!

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