Por Rosalía de Santos
Aunque nos parezca increíble, hasta 2014 Javier Castillo era un gran desconocido para el público. Pero todo cambió de repente. En el momento que puso punto y final a su primera obra, El día que se perdió la cordura, decidió no esperar la respuesta de las editoriales y se lanzó a la autopublicación a través de Amazon. Su aceptación fue tan buena, que ahora eran las editoriales las que iban detrás de este autor desconocido. Quizá contar con la ayuda en redes sociales de su mujer, influencer, también facilitó que fuera conocido por un público que se lanzó a adquirir su obra en versión digital.
¿Qué aportó a la literatura? Una novela redonda que te engancha desde el primer momento y que no puedes dejar de avanzar hasta que consigues saber el final de todo lo sucedido. Su estilo narrativo recuerda a la literatura nórdica, en especial, a las obras de Jöel Dicker. Nos presenta una acción ambientada en Estados Unidos, con elementos de novela negra y thriller que muchas veces te hace dudar de quién es el autor de la obra. Con pocos personajes consigue que empatices con ellos y no dejes de buscar la respuesta a sus problemas. Cuando llegas al final tienes que pensar sobre él. Tienes que ver que todos los elementos cuadren y… lo consigue. Te quedas con un buen sabor de boca. Sientes la misma tranquilidad que tienen sus personajes al ver alcanzados sus más profundos deseos.
Pero claro, si la gallina pone huevos de oro… hay una continuación, El día que se perdió el amor. Nos sitúa al año del final de la primera… y bueno… Hay muchos lectores que consideran que no está a la altura de la primera. Sí, consigue que la leas, te enganches, vuelvas a sentir igual que unos personajes que ya conoces… pero, al final le falta algo. Cuando te metes en el vértigo de la primera obra no sabes lo que te vas a encontrar, ahora necesitas esa sensación que ya te ha dado en la primera obra y mucho más. Pero es muy difícil de conseguir y no creo que ambas obras estén al mismo nivel.
Entre medias tiene otra novela, no puedo decir sobre ella porque no la he leído, pero antes del confinamiento debido a la pandemia compré la novedad de este año, La chica de la nieve. Ahora mismo estoy esperando a que pase tiempo y se me haya pasado el enfado con el autor para que la pueda leer sin pretensiones previas, como si fuera una novela de un autor desconocido al que te enfrentas por primera vez y disfrutas por completo. No obstante, sé que le daré una oportunidad, para ver si puedo tener las sensaciones de la primera y más. Puede que esta nueva chica no tenga por qué perder el amor y la cordura.
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