Entrevistamos a Ángeles Bellinfante, autora de Entre cartas marcadas y sueños imposibles.
¿Cómo presentarías la novela a los lectores?
Es una historia que plantea qué pasaría si pudiéramos mandar en nuestro destino. Al menos, al principio, cuando Carlota descubre la manera de hacerlo. La vida se le complica cuando el cuaderno en el que predice su vida desaparece, porque la seguridad que sentía desaparece también. Y la historia vira hacia otros derroteros. Está planteada en clave de humor, un poco ácido y burlón. Entre cartas marcadas y sueños imposibles es un libro de lectura ágil que se lee casi de un tirón, con facilidad, divertido.
¿Cuál es su esencia?
Uff! Esta es difícil, jaja. En el libro subyace ese deseo de controlar el mundo, nuestro mundo, de decidir el destino o de vencerlo y, al mismo tiempo relata, en clave de humor, la búsqueda del lugar que ocupamos en el mundo y de aquello que realmente nos importa.
¿Con qué personaje te sientes más identificada?
Agustín Fernández Mallo decía en una entrevista que toda novela parte de una experiencia propia, así que imagino que el punto de partida y la Carlota del primer borrador tenía mucho de mí, pero después de tantas revisiones como ha padecido y con los años que han pasado, sospecho que no hay un personaje que no tenga algo de mí y, al mismo tiempo, el nexo entre Carlota y yo se ha ido desdibujando de tanto modificar y recortar.
¿A qué público va dirigida esta novela?
Me cuesta pensar en un colectivo concreto cuando escribo. Va dirigida a cualquiera que tenga uso de razón y quiera dejarla descansar durante un rato, a quien quiera pasar unas horas divertidas mientras sigue las aventuras y desventuras de Carlota por medio mundo.
¿Crees que sería un buen libro a partir del cual crear una película?
Es curioso que me hagas esta pregunta porque bastante gente me lo ha dicho. La historia es muy visual y hay mucha acción que va en aumento a medida que avanza el libro. Creo que la novela está construida a partir de escenas muy cinematográficas por lo que imagino que sí, que sería fácilmente exportable al cine.
La portada la diseñaste tú, ¿qué quieres transmitir con la imagen que la ilustra?
La idea era lograr una imagen que llamara la atención del lector cuando la viera en las librerías. Y, a la vez, tenía que conectar con la historia. Una mirada siempre atrae, de ahí que sea el rostro de una mujer que mira. Pinté algunos antes de elegir este. De hecho, mandé dos propuestas a la editorial aunque a mí me gustaba más esta. Y resultó que a ellos también. Creo que esa mirada hacia atrás transmite mucho: sus inseguridades, sus deseos, sus delirios y, al mismo tiempo, como cuadro que es, está equilibrado y desprende un cierto misterio.
¿Cómo va a ser la promoción de Entre cartas marcadas y sueños imposibles?
De momento, el 27 de noviembre vamos a hacer una presentación en Palma, mi ciudad, y estamos buscando presencia en los medios digitales y locales. Para primavera tenemos previsto asistir al día del Libro de Barcelona y a la Feria del Libro de Madrid, en los stands de Caligrama.
¿Cómo ha sido tu experiencia con la editorial Caligrama?
La verdad es que Caligrama se esmera mucho por hacerte sentir cómoda y porque salga el libro que tú quieres. Responden rápido. Te sientes acompañada en todo momento. Cuidan los detalles y se nota en la edición, en el papel, en la portada, que son de calidad.
Actualmente se habla de autores indies, ¿te consideras parte de ese grupo de escritores?
Como autora que impulsa también la publicación y la promoción, imagino que sí. Pero me gusta más pensar que formamos parte, también de otro colectivo, el de los “emprendedores” de la cultura. Se habla mucho de emprendedores en los últimos años, se les ensalza como los salvadores de la economía, como los impulsores de nuevas formas de hacer negocios. Y nosotros, los escritores que ponemos en pie nuestros proyectos, formamos parte también de este grupo, somos emprendedores culturales. Y creo que, además de considerarnos autores indies, tenemos que pensar también en clave empresarial para lograr poner en pie nuestros proyectos.
¿Tienes algún nuevo proyecto en mente?
Por supuesto, siempre hay nuevos proyectos, pero no hay que hablar de ellos hasta que están maduros, jaja.
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