La escarcha es el rocío congelado. Esa capa de hielo que se forma sobre superficies que están a la intemperie que se han enfriado tanto como para provocar que el vapor de agua se deposite en esas superficies. También se conoce como helada blanca.
Su procedencia no está clara, pero parece ser un derivado del verbo escarchar, documentado ya en el siglo XIV con el significado de `salpicar o espolvorear partículas desmenuzadas de una anterior fragmentación.
En la literatura la palabra escarcha ha sido muy utilizada en las novelas, sobre todo para contrastar situaciones personales con el frío del exterior. Es un término que todo el mundo conoce y a través del cual se puede entender bien un símil o una metáfora.
Incluso hay autores que se han arriesgado a ponerla en sus títulos, con el handicap de que quizás no llame tanto la atención por ser una palabra de uso común o al contrario, que la gente piense que puede ir más allá de la simpleza.
La escarcha está presente a lo largo de nuestra vida, desde pequeños podemos asomarnos a la ventana en invierno y ver todo teñido de blanco sin necesidad de nieve. La escarcha nos deja paisajes bellos dignos de novela, por eso, antes o después acaba saliendo en alguna.
Equipo de redacción Galeradas
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