Un cuento clásico como es Pinocho, esconde más enseñanzas morales de las que nos pensamos. La primera y más importante es la educación, porque lo que está claro es que desde un primer momento el muñeco de pinocho no ha sido educado y no sabe comportarse ni distinguir el bien del mal.
También enseña a los niños a que deben seguir los consejos de los adultos, para distinguir qué cosas son buenas y cuáles no. Debemos recordar que los adultos somos los guías de los niños y debemos recordarles cuáles son los límites a tener en cuenta.
La confianza es algo muy importante en Pinocho, que a través de las mentiras y su enorme nariz nos recuerda la importancia de decir la verdad, de confiar en nuestros seres queridos y contarles las cosas buenas y malas. Lo que acarrea una responsabilidad por parte de los adultos que deben de ejercitar su comprensión.
Las enseñanzas no son solo para los niños, porque Geppetto representa los sueños, con su deseo de tener un hijo de verdad, que es imposible en su situación. Nos recuerda que los sueños se pueden lograr, no solo con polvo de hada, sino con trabajo y esfuerzo como cuando trabaja en su marioneta.
Las tentaciones aparecen para recordarnos que debemos ser fuertes ante ellas y tener resolución y fuerza de voluntad para no sucumbir. Parece algo quizás menos importante, pero si enseñamos a nuestros hijos a resistir a las tentaciones, estaremos creando adultos con mucha fuerza de voluntad, que le ayudará a tener éxito en su trabajo y en la vida.
Si lees Pinocho a tus hijos, presta atención a cada detalle y hazle llegar la enseñanza de cada página, porque al final se enseña que con la sabiduría y la educación podemos tomar decisiones buenas, evitar caer en las tentaciones y en las mentiras para ocultar aquellos que sabemos que está mal.
Ana Villamor, Revista Galeradas
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