El canal de televisión DMAX es un reducto seguro para marcianitos verdes con trompetilla que viven camuflados entre nosotros. También es un buen lugar para poner a salvo a iluminados de medio mundo y a momias que resucitan continuamente en la programación, a través de programas ya emitidos años atrás, como si fueran de la máxima actualidad. Esto suele cautivar a un público poco preparado, al cabo de la paranoia marciana, con los que psiquiatras y psicólogos ya no saben qué hacer. Si usted tiene unos gustos extremos está en su perfecto derecho de sintonizar este canal a cualquier hora y si es de los que gusta de reírse de estas cosas —como es mi caso—, pues también.
Lo que no me parece tan estupendo es la torticera manipulación de la Historia de que hacen gala cuando emiten documentales de origen sajón o norteamericano hablando de la conquista de América. Fíjense bien porque la cosa tiene miga: cuando se habla de los avances que estimuló la conquista y colonización de estas tierras siempre se refieren a los actores como «europeos». Por el contrario, cuando salen a la palestra epidemias, guerras e incluso la palabra más pronunciada, «genocidio», casualmente a los actores se les menciona exclusivamente como «españoles». Ni siquiera nuestros vecinos los portugueses tienen vela en este entierro de desdichados indígenas.
Por supuesto que no se habla en estos documentales de los negreros holandeses, portugueses o británicos. Ni se menciona el mayor genocidio de América, el que acabó con las tribus indígenas norteamericanas hasta su aniquilación completa a manos de británicos, irlandeses (y norteamericanos tras la independencia). De estas cosas no se habla nadie sabe por qué.
Tampoco se emiten documentales sobre la infame colonización de África por parte de ingleses, alemanes, franceses, italianos o belgas, que trataron a los habitantes de esta parte del planeta peor que a las ratas. Silencio también ante las brutalidades británicas en India y el resto de Asia. Debe ser porque los británicos no hacen documentales sobre sus atrocidades y prefieren las nuestras a la hora de dar rienda suelta a todas sus fantasías más sádicas.
Que nadie se engañe; los ingleses siguen en su empeño por difundir la «Leyenda Negra» y lo peor es que hasta en España cuentan con idiotas que la creen a pies juntillas. No les importa dejarse los cuartos en documentales poco o nada documentados que no amortizarán jamás porque jamás lo emitirá ningún canal serio.
El problema, como dije antes, es que este tipo de basura documental es seguido por miles de jóvenes españoles e hispanoamericanos (nunca entendí bien el término «latinoamericano»). Imagino la brecha que se abre entre España y nuestros países hermanos de toda América cuando los descendientes de españoles y otros pueblos que perviven allende el Atlántico contemplen a los genocidas españoles en acción, aniquilando indígenas, esclavizando y robando todo su oro a golpe de pica, espingarda y espada.
No voy a enumerar aquí los numerosos errores históricos que estoy seguro son deliberados y se comenten en estos trabajos tan mal datados, y con tan escasa veracidad como un euro con la cara de Franco, porque necesitaría demasiados megas y no menos tiempo para contarlos todos, pero les puedo asegurar que son un insulto a la Historia Universal, a nuestro país y a los pueblos nativos de Hispanoamérica, que siempre aparecen como los más idiotas de la tierra.
Si un documental en términos parecidos, producido por periodistas e historiadores españoles, se emitiera en la BBC, al día siguiente el embajador español en Londres sería llamado a consultas y luego invitado a coger el primer vuelo para Madrid. Pero aquí permitimos que cualquier hijo de la Gran Bretaña se nos cuele en el televisor para llamarnos genocidas y no pasa absolutamente nada; aquí nunca pasa nada.
No me puedo callar algún ejemplo y mire usted que lo he intentado: el día uno de septiembre de 2021 a las 11.45 horas, este magnífico canal emitía un programa norteamericano en el que se aseguraba que «La Armada Invencible acabó con los guanches que poblaban las Islas Canarias». Esto es un no parar.
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