La prosa medieval en la antesala de la narrativa del Renacimiento

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Al final de la Edad Media, el siglo XV supone una época de tránsito entre esta y Los Siglos de Oro.  La prosa castellana tiene en la historia uno de los temas principales a través de las crónicas.  Por un lado se mantiene la tradición de origen alfonsí, pero aparecerán  nuevas innovaciones en el género cronístico  a partir del modelo de López Ayala.  Este género histórico adquiere mayor importancia literaria al  introducir elementos ficticios y novelescos  respecto a las primeras crónicas. La llegada del Humanismo trae el interés por el hombre en particular, apareciendo la biografía como género literario. El afán de colonización que hay en ese momento, propiciará la aparición de los libros de viajes, alternando la narración ficticia con verdad histórica y geográfica. Los recuerdos de hechos importantes de esa época, llevan a autores a escribir sus memorias,  que fueron un gran precedente  para la literatura moderna y contemporánea.

Las crónicas sufrieron una gran evolución en la Edad Media, con la desaparición de la escuela alfonsí, el relato escueto y lacónico deja paso a  nuevas técnicas como la inserción de diálogos; gran predominio de las descripciones, para caracterizar mejor a los personajes; crece el interés por la historia interna y lo social. López Ayala se puede considerar precursor del Renacimiento; este autor interpretará el hecho histórico desde una visión moralista, con abundantes reflexiones personales, debido a su gran conocimiento de la política social del país. Sus crónicas recogen los sucesos  de Castilla entre 1350 y 1396, bajo los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan II y parte del reinado de Enrique III. Sus crónicas están cargadas de pesimismo y queda reflejada en ellas su gran espiritualidad; en algunos casos la crónica parece ser una justificación de sus opciones políticas; en general su relato está cargado de dramatismo.

preosamedieval.RevistaGaleradas.DifusiónLiterariaA lo largo del siglo XV siguiendo la trayectoria de L. Ayala, se escriben varias crónicas  sobre el reinado de Juan II, a través de las que se puede reconstruir la vida cortesana de la época. Diego de Valera recogió las crónicas del reinado de  Enrique IV desde una implacable crítica.  Durante el reinado de los Reyes Católicos, el relato cronístico se utilizaba para plasmar las directrices de su ideología, aportando así carácter didáctico-moral a las crónicas. La crónica  biográfica nobiliaria adquiere gran difusión, debido a la lucha entre el absolutismo y una nobleza cada vez más poderosa. Surgen los panegíricos, modelos de conducta  de la sociedad cortesana; tiene como protagonista  un perfecto caballero y perfecto cristiano, que domina los preceptos amorosos; una especie de héroe.

 

El viaje literario cobra  gran atención en el siglo XV. El hombre de la época siente una gran curiosidad y se inclina a salir de su entorno. La burguesía y sus fines comerciales, llevaron a la creación de numerosos libros de viajes. Estos libros se  caracterizan por la fabulación, en ellos se describen animales monstruosos, que dicen haber observado en aquellas tierras lejanas. La flora y fauna cobran gran presencia en el arte medieval, con la aparición de algún bestiario. Este género es multiforme, con diversas funciones y finalidades; dependiendo del tipo de viaje que se realizaba  comercial, de colonización…). Todos se apoyan en lo geográfico para la narración, y tienen cierta distribución temporal (día, semanas, meses ), que estructuran la narración.  Los primeros libros de viajes son las llamadas guías de peregrinación,  sobre los grandes centros religiosos medievales como  Santiago de Compostela, Jerusalén y Roma. También hay numerosos relatos escritos por religiosos para la expansión evangélica, así como relatos de conquistadores y embajadores.

La prosa didáctica continúa con los moldes  literarios anteriores como el cuento y el apólogo, pero aparecen nuevos tratados  de asunto diverso, incrementando la presencia de los autores clásicos debido al auge del Humanismo. El hombre y el cosmos serán núcleo de muchas obras de prosa didáctica. Destaca en este género Enrique de Villena con su Arte de trovar que es un tratado del arte poética medieval.  El corbacho del Arcipreste de Talavera, nos presenta una tradición misógina de tradición cristiana; cuya  singularidad temática y estilística  convierten la obra en una de las más originales del Siglo.

preosamedieval.RevistaGaleradas.DifusiónLiterariaLa novela sentimental  es un género nuevo de gran trascendencia para la novela española. En él confluyen varias tradiciones  en torno  al tema amatorio, sobre un fondo simbólico y alegórico. Gozó de gran popularidad entre el público femenino de la corte. El género tiene muchos puntos en común con la poesía cancioneril, hasta proyectarse en la narrativa posterior, de la que se hace eco Cervantes en las intercalaciones amorosas en El Quijote.  Sus orígenes están ligados  a la cultura del amor cortés, con su peculiar visión de la mujer fuera de los axiomas católicos; además la corriente profeminista del amor cortés alimenta intelectualmente la novela sentimental. El eje de estas novelas se centra en la pasión amorosa; destaca su brevedad, predominio del interés psicológico sobre la acción externa, visión trágica del amor, autobiografismo (autor como personaje partícipe) y la inclusión de cartas o poesías.  Se considera a Siervo libre de amor de Rodríguez del Padrón la primera novela sentimental; está escrita en forma autobiográfica, estructurada en tres tiempos o partes: amar y ser amado, amar y no ser amado, y ni amar ni ser amado. Nos recuerda la dualidad de loco amor / buen amor de “el libro del Buen Amor”. Destacan también de Diego San Pedro Sermón de Amores y Cárcel de Amor ambas de marcado carácter sentimental, cumplen los requisitos de este tipo de novela. El tercer autor que destaca en este género es  Juan de Flores con Grimalte y Gradisa  y Grisel y Mirabella, que tiene una concepción del amor trágico a lo romántico y profeminista.

Este género tuvo un gran éxito en general y debido a la repercusión social la Inquisición  se ocupó de algunas de estas novelas como Cárcel de Amor. Otro género de ficción fue la novela de caballerías, que narra las aventuras de un caballero andante, un héroe  y el amor de una dama que triunfan sobre todos los obstáculos. Obra de este género es Amadís de Gaula y en catalán Tirant lo Blanc, pero el género alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVI.

Celia López, colaboradora Galeradas

 

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