El asesinato de don Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897), presidente del Gobierno español y arquitecto de la Restauración, ha estado envuelto en múltiples especulaciones.
Más allá de que su asesino, el anarquista Michele Angiolillo, hiciera un recorrido por Europa para recoger apoyos con los que consumar el magnicidio en el balneario de Santa Águeda de Mondragón, donde disfrutaba el presidente de unos días de descanso con su mujer, lo cierto es que el fatal atentado hizo crecer la imagen del malagueño, hasta convertirlo en un gran animal político de nuestra Historia.
Puede que el sistema de la Restauración tuviese defectos, como la instauración del caciquismo y del turno de partidos conservador y liberal —no llegando a implementar una democracia a la inglesa, como pretendía el gran estadista—, pero no es menos cierto que, a pesar del telón de fondo de los atentados anarquistas en toda Europa y en España y de la emergente independencia de Cuba y Filipinas, ningún español sensato podrá negar a Cánovas el esfuerzo por crear en España un régimen de relativa estabilidad, frente a las célebres asonadas militares del convulso siglo XIX.
Narrada en clave de novela histórica, esta obra dibuja un cuadro de nuestro pasado próximo enmarcado en aquel contexto social tan deter1minante para la España de ahora.
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