Leer sobre el cambio climático

El concepto de cambio climático ha invadido nuestras vidas en cuestión de unos años, agudizándose en los últimos meses. Bombardeos de mensajes en la prensa y sobre todo en la televisión, rodean nuestro día  a día. Todo el mundo opina sobre el tema, desde ancianos a niños y los políticos aprovechan la situación para centrar ahí el debate diario y alejar nuestra vida de a saber qué cosas ¡, que estén haciendo por detrás.

Es incuestionable que el planeta está cambiando y el clima también, pero siempre ha estado en un cambio constante. No digo que los seres humanos tengamos nuestra parte de culpa, pero también sé que la solución no está en hablar y hablar por los codos del tema. Si no en que cada uno cambiemos nuestros hábitos para ayudar a cuidar nuestro planeta, pequeñas cosas que marcan la diferencia global. 

Reconozco que lo que no puedo soportar es la incesante cantidad de libros que han salido a la luz en los últimos años sobre esta materia. Ahora resulta que todos son expertos, con una carrera en meteorología, física, biología… Todos tienen la solución y nos hablan de lo que tenemos o no tenemos que hacer, pero en realidad ellos no hacen nada. Bueno sí, lucrarse a costa de nuestra lectura, de los inocentes que se creen que leyendo un libro escrito por alguien que solo lo ha hecho porque ha visto el tirón del tema, podrán cambiar el mundo.

Buscar en la barra de Google: libros sobre el cambio climático, equivale a coger un mareo por la cantidad de libros que aparecen en la pantalla del ordenador y del móvil. Libros que encima nos hacen sentir culpables y malas personas, en lugar de fomentar que se ayude de forma sistemática. Con esa estrategia solo consiguen una ayuda puntual y por arrepentimiento. 

Además está por medio de todo esto la hipocresía, gente que predica pero no hace nada, gente que se aprende un discurso pero si le hacen una pregunta fuera de él ya no saben contestar. Marionetas puestas a dedo para dar lecciones morales y lucrarse en el proceso.

Lo peor son quienes permiten que este tipo de libros proliferen, que permiten que esas páginas no contrastadas lleguen a las librerías y que cualquiera de nosotros podamos comprarlos. Cientos de árboles cortados para libros que en su interior solo guardan un bla, bla ,bla… Mientras en el medio de todos hay un par que sí merecen la pena, pero que se pierden entre tantos ejemplares mediocres.

No hablemos ya de la Cumbre sobre el cambio climático, un show que supera a las barbaridades que se dicen en algunos títulos. Conferencias sobre el ambiente, en las que se pide la presencia de asociaciones de enfermos que luchan día a día por sobrevivir en un ambiente nefasto, pero  que no dejan de ser un número para ellos, con los que sacarse una foto para conseguir buena publicidad o quizás la portada de otro libro…

Ana B. Villamor,  equipo de redacción Galeradas

 

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