Reconocemos la figura de Jane Austen como una de las clásicas de la literatura inglesa y la literatura universal, que escribió sus obras en la época georgiana, creadora de novelas conocidas en todo el mundo como Orgullo y prejuicio, Emma o Persuasión.
Con un tono irónico que dota a sus obras de comicidad, nos presenta un nuevo estilo de novela centrada en los aspectos cotidianos de la vida real, atrapando al lector de todos los tiempos que se identifica con ellos, porque los reconoce en su entorno social. Con gran detallismo nos narra el camino incierto de sus protagonistas, hasta tal punto que el detallismo es para ella una prioridad en sus líneas y que ayuda a la descripción de sus personajes y de los lugares en que se desarrolla la acción, llevando al lector a su propio cuadro de imagen.
No lo tuvo fácil, puesto que al principio tuvo que publicar sus obras firmadas con un simple «by a Lady», pero siempre tuvo el apoyo de su familia para la que escribió sus primeras obras para ser representadas en el seno familiar. Aunque poco a poco fue reconocida entre sus contemporáneos, llegando a ser Emma un caso especial, ya que se la dedicó al Príncipe de Gales que era un gran admirador de su obra.
A pesar de su ingenio y su forma única de narrar, con unos personajes tan peculiares como sencillos, no obtuvo el verdadero éxito hasta l siglo XX con la reedición en varios de sus obras. Esa popularidad de la autora se incrementó con el traslado de sus obras a la pantalla, ya que casi todas sus obras han sido objeto de una película o una serie.
Está claro que fue una figura dotada de gran creatividad, aunque en su momento no pudo obtener toda la visibilidad que se merecía, el tiempo la ha colocado en el lugar que se merece y mantiene sus obras entre las más leídas del mundo.
Ana B. Villamor, Revista Galeradas
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