Con este término casi olvidado, nos referimos al modo de expresión o estilo que utiliza palabras o construcciones demasiado rebuscadas, proporcionando una exaltación o énfasis al enunciado, que no es necesario y cae en lo excesivo de la formalidad. Es el uso de un lenguaje recargado sin necesidad, que se aleja de lo natural y la sencillez. Por ejemplo: «perdió el debate porque utilizó un lenguaje ampuloso y poco creíble».
Seremos ampulosos si para expresar ideas sencillas utilizamos vocablos pretenciosos. Es muy fácil caer en la ampulosidad en la imitación, que siempre exagera y falsea el modelo original, para cubrir ciertas carencias de la imitación con respecto al original.
Así que te animamos a utilizar esta palabra, para que su significado no caiga en el olvido.
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