Por Steffany Kennels
El mundo del lector, es complejo por elección y maravilloso en descubrimientos.
Si dejamos a un lado las grandes editoriales, que apuestan siempre por los mismos escritores, y nos sumergimos en el mundo de la autopublicación, descubrimos maravillas como Doble o Nada, de la autora López del Val.
Una novela ágil, fresca, divertida, en la que la autora nos presenta a Candela. Una joven con un pasado traumático, que pese a las adversidades, lucha por conseguir sus objetivos. Motivo por el cual, se ve envuelta en un trabajo poco recomendable para el futuro laboral que tanto le está costando costearse pero, que si quiere alcanzar manteniendo su independencia, se presenta como única alternativa posible ante el abrupto despido con el que se topa sin previo aviso, y que pone en jaque económico el último empujón de su carrera universitaria.
Un nuevo mundo de posibilidades se presenta ante ella como una liberación cuando acepta su nuevo trabajo. Todo parece perfecto. Todo, va como la seda, pero en esta vida nada es idílico. Y es precisamente la naturalidad con la que la autora presenta los conflictos cotidianos, lo que hace que el lector empatice por completo con los personajes. Convirtiendo a esta novela, en un agradable paréntesis en el que sumergirte y olvidarte por un momento del ensordecedor y desenfrenado ritmo de vida que nos consume diariamente.
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